
- Las reales: sobre enfermedades, familia, hijos, matrimonio, divorcio…; sobre problemas económicos, laborales, de estabilidad en el empleo, traslados, mudanzas…; o sobre otros problemas de características similares.
- Las que la mente exagera: Aquellas en las que, ante una vida diaria normalmente acelerada, nuestra mente intenta gestionar un problema cotidiano creando un “problemón”, poniéndose en lo peor de cada situación. Estas preocupaciones son las peores (¡maldita mente!).

- Activa nuestro sistema simpático (menos mal que era el simpático) produciendo vasoconstricción, taquicardia, dilatación de pupilas, sudoración…
- Libera adrenalina, noradrenalina y cortisol, que aumentan nuestro ritmo cardiaco y presión arterial.
- Provoca una broncodilatación para que nos llegue más aire porque se necesita más oxigeno (nuestro cuerpo es sabio, ya que la mente es idiota muchas veces).
- Hace que el hígado libere sus reservas de glucosa para que esté disponible su uso inmediato, produciendo incluso desequilibrios en los niveles de azúcar.
- Descanso. Esto es lo más importante. Cada persona duerme un tiempo determinado, pero todos deberíamos dormir entre 6-8 horas para descansar adecuadamente. Si no puedes, hay algunas cosillas (remedios) naturales para ayudarte (tanto comprimidos como infusiones de valeriana, passiflora…).
- Determinación y autoestima. Intenta siempre ver qué problemas son los que más te afectan y así gestionarlos de una manera sensata y siempre con optimismo.
- Es importante tratar de mantener una dieta
- Ponte metas a corto y medio plazo, no pienses más allá e intenta no “cargarte” de demasiadas cosas a lo largo del día. Un día es largo y hay tiempo para todo.
- Intenta hacer algo de deporte: no solo ayuda a desconectar, sino que libera endorfinas que también ayudan a sentirse bien y elevan el estado de ánimo.
- Algún día intenta no hacer nada de lo habitual: lee un libro, ve al cine, al teatro, sal con amigos y amigas… No te sientas mal por dedicar algo de tiempo a no hacer nada. El cuerpo lo necesita. Y tú también.
- Y por supuesto, si ves que empiezas con algunos de estos síntomas y que no te encuentras con fuerzas para autogestionarlos, pide ayuda: hay psicólogos, grupos de terapia, médicos… Todos ellos pueden hacer que el estrés inicial no desemboque en un estrés crónico que puede llevar a tener otros problemas como pérdida ósea, daños en la memoria y patologías más graves como ansiedad o depresión. No dejes que eso ocurra.
“El arma más grande contra el estrés es nuestra habilidad de escoger un pensamiento sobre otro.”William James. Recuerda: La vida son dos días. Qué fácil es escribirlo y qué difícil pararse y disfrutar plenamente de cada momento. ¡Inténtalo!. Ana María Jiménez Farmacéutica Adjunta
2 comentarios en «¡Maldito… Estrés!»
Buenas, qué razón tiene este post, yo ahora mismo estoy en un momento de estrés malo malísimo y voy a sentarme, respirar e intentar seguir vuestros consejos.
Un poco de sedivitax para dormir, empezar con un dieta alta en proteínas vegetales y animales y en frutas y ya que no para de llover y no puedo pasear, hacerme una propuesta real de ir al gym y liberar esas endorfinas tan necesarias para encontrarnos mejor y ayudarnos a descansar.
Muchas gracias Ana María por tus palabras
Muchas gracias,Rocío.Me alegro muchísimo que te haya servido.Pronto llegará el buen tiempo y podremos hacer más cosas que nos ayuden a eliminar el agobio del día a día.Seguiremos dejando consejos en nuestro blog sobre otros temas.Un abrazo.