Con la vuelta a la rutina vuelven las prisas, los madrugones y el poco tiempo para prepararse las comidas diarias…
Si comes fuera de casa habitualmente, piensas que comer en el comedor de la empresa es tu única (y a veces insípida) solución, o te ves en muchas ocasiones teniendo que recurrir al típico menú del día en el bar de al lado del trabajo… ¡Este post te interesa!
Reconozco que suelo recurrir mucho a las ensaladas de legumbres, sobre todo en verano, y en invierno suelo tirar más de guisos en olla exprés. Con ambos ejemplos consigo ahorrar tiempo, cocinar comida para varios días (ahorro más tiempo aún), y comer más legumbres, que nunca viene mal. También cuezo en cantidades industriales arroz y pasta integrales para ir añadiendo al gusto a mis platos durante la semana. Pero esto solo es mi caso.- Si eres de los que no se complica y la mayoría de los días tira de ensaladas, recuerda aliñarlas justo antes de comerlas.

- Si eres afortunado y tienes frigorífico en el trabajo, un recurso que puede servirte como alternativa es tener siempre una bolsa de espinacas, canónigos o las hojas que más te gusten.
- Si eres de los que cocinas en grandes cantidades y congelas, ¡ETIQUETA EL TUPPER ANTES DE CONGELARLO! Esto puede parecer una pérdida de tiempo, porque claro, ¡cómo no voy a saber lo que es, si lo he hecho yo! Pues lo siento pero no suele ser así.
- Si eres de los que no pueden vivir sin algo de carne o pescado en su tupper, evita hacerlos a la plancha sin ninguna salsa, ya que tras horas de haber sido cocinados se quedarán secos y nada apetecibles.
¡Siéntete libre de modificar recetas!
Esto es algo que recalco mucho en consulta, ya que a veces no podemos saber con exactitud lo que tendremos en la nevera o en la despensa, ni en qué cantidad. No te agobies y cambia ese ingrediente que te falta o no te acaba de convencer por otro similar: una verdura por otra, un arroz por unas patatas, una carne por una soja texturizada…¡Juega con los ingredientes de tus recetas!
En el peor de los casos te echarás unas risas, ya sabrás que esa combinación “nunca máis”, y ¡otro día comerás mejor!
Y de postre… ¡fruta!
Sí, fruta. Un recurso que uso mucho entre semana, es comprar fruta cerca de la farmacia y tenerla siempre en el frigorífico, para no venir más cargada de casa. Y un recurso muy habitual cuando estoy en casa, es cortar previamente la fruta que sé que me da pereza cortar cuando tengo hambre, o que hay que cortar o pelar sí o sí para comérsela como la sandía, el melón, la naranja, la mandarina… Esto tiene una doble ventaja, te ahorra tiempo cuando llegas hambriento, y te deja sin excusas para comer fruta por pereza.NOTA IMPORTANTE: estos consejos solo son eso, CONSEJOS, si a ti te gusta tu filete seco, tu lechuga blanda, jugar a ¡sorpresa sorpresa! porque se te olvidó etiquetar el tupper antes de congelarlo, y tu melocotón sin pelar… ¡adelante! Tus gustos deben ser una prioridad para ti, pero eso sí, si te vas a comer así el melocotón, al menos lávalo.
Cristina Casielles Fernández
Dietista-Nutricionista