- Asegúrate de que el niño beba abundantes líquidos, en pequeñas cantidades, de manera continua, pero sin forzar, para evitar la deshidratación. Puedes darle simplemente agua, o bien limonada, agua de arroz o de zanahoria, o infusiones (manzanilla o menta).
- Cuando la diarrea es abundante, especialmente en niños pequeños, es recomendable que beban soluciones de rehidratación oral, que facilitan la absorción del agua y las sales minerales necesarias. Puedes encontrar estas soluciones en la farmacia.
- Si el niño vomita, espera 1 hora antes de hacerle tomar nada y empieza con pequeños sorbos o 1 cucharada de agua azucarada cada 10 minutos. Ves aumentando la frecuencia y la cantidad si hay buena tolerancia.
- Si el niño no vomita y tiene hambre, puedes darle una dieta prácticamente normal. Una dieta astringente (patata, arroz, zanahoria, plátano, etc.) durante unos días puede ayudar a disminuir el número de deposiciones.
- Si amamantas a tu bebé, debes seguir haciéndolo, y si le das biberón puedes seguir usando la fórmula habitual, ofreciéndole entre las tomas suero de rehidratación, a menos que el pediatra te recomiende alguna fórmula especial.
- Cuando hay signos de deshidratación: si el niño tiene los labios y la boca secos, lleva muchas horas sin orinar, tiene los ojos hundidos o está apático.
- Si no mejoran los vómitos, y vomita repetidamente, incluso al beber pequeñas cantidades de suero de rehidratación.
- Cuando hay presencia de sangre en las heces.
- Si el niño tiene fiebre alta (mayor de 38,5°C).
- Si no tiene fiebre, ni vómitos, ni presenta sangre en las heces, pero la diarrea no mejora después de 3 días con una dieta e hidratación correctas.