- Para evitar el contagio: no debes llevar al niño al colegio ni a la guardería. Evita que esté con otros niños hasta que todos los granos se hayan convertido en costras (aproximadamente, 7 días tras la aparición de los primeros granos). Trata de aislarlo también de personas con mayor riesgo como los adultos que no han pasado la varicela, adolescentes, embarazadas e inmunodeprimidos (personas con las defensas muy bajas).
- Para calmar el picor:
- Báñalo con agua tibia varias veces al día. El baño alivia el picor y previene la infección de la erupción por otros gérmenes. Puedes añadir al baño medio sobre de avena coloidal. Sécalo suavemente, sin frotar.
- Evita que el niño se rasque, para que no le queden marcas. Córtale y mantén limpias sus uñas para evitar infecciones de la piel por el rascado.
- No le abrigues demasiado o evita el exceso de calor.
- Si el picor no disminuye, es útil la loción de calamina sobre la piel 3 o 4 veces al día, o, si es muy intenso, los antihistamínicos orales (bajo prescripción médica).
- Si tiene lesiones en la boca, estas pueden ser dolorosas. En ese caso dale alimentos blandos como sopas, purés, hervidos, flanes, zumos, helados y líquidos frescos.
- Para tratar la fiebre o el dolor en la boca o la garganta por lesiones de varicela:
- Puedes darle paracetamol, a las dosis que le aconseje su médico.
- Evita darle aspirina y cualquier producto que la contenga.
- Es conveniente evitar la exposición al sol hasta que las lesiones hayan desaparecido por completo, dado que el sol favorece la aparición de manchas oscuras durante el proceso de cicatrización.
- La manera más eficaz de evitar la varicela es mediante la vacunación. La vacuna contra la varicela previene la gran mayoría de los casos y casi la totalidad de las formas graves.
La varicela es una enfermedad infecciosa producida por un virus. Se puede ver en cualquier época del año, aunque es más frecuente en invierno y primavera. Es una enfermedad clásica de la infancia y, a menos que se vacunen, casi todos los niños pasan por ella antes de la adolescencia. También puede afectar a adultos que no la hayan pasado.
Produce una erupción muy característica en forma de granos rojos y vesículas (ampollas de pequeño tamaño), que en unos días se secan y dejan una costra. Suele empezar por la cara, el tronco y el cuero cabelludo, extendiéndose después por todo el cuerpo. La erupción pica mucho, y puede acompañarse de decaimiento, dolor de cabeza, pérdida de apetito o vómitos, y fiebre, por lo general no muy alta.
La varicela es muy contagiosa, de manera que, cuando hay un enfermo en la casa, el 80-90% de las personas que viven allí y no la sufrieron anteriormente la acaban contrayendo. Se transmite por contacto directo con las lesiones de la piel o a través de las gotitas de saliva que se expulsan con la tos o los estornudos. Los enfermos son contagiosos aproximadamente desde 2 días antes de aparecer la erupción hasta que todas las lesiones de la piel se han convertido en costras (alrededor 1 semana).
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